Dos equipos de investigadores han descubierto un método estable y eficaz para convertir en masa células T causantes de enfermedades en células T reguladoras, clave para prevenir los trastornos autoinmunes. Ambos equipos aplicaron la nueva técnica para tratar trastornos autoinmunes como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de injerto contra huésped y el pénfigo vulgar en ratones. En condiciones normales, el organismo frena el sistema inmunitario mediante un intrincado sistema de controles y equilibrios. Uno de estos controles es el conjunto de células T reguladoras del organismo, que suprimen las respuestas anormales o hiperactivas de otras células inmunitarias. Este componente crítico suele debilitarse o fallar en las afecciones autoinmunes e inflamatorias, por lo que los científicos están desarrollando actualmente terapias para estimular o reponer las células T reguladoras. Sin embargo, los investigadores carecen de métodos fiables para preparar células T reguladoras que sean específicas para antígenos o enfermedades, por lo que las terapias celulares existentes suelen apuntar a todo el sistema inmunitario y comprometerlo. Es más, las pocas técnicas que generan células T reguladoras específicas de antígeno generalmente no pueden crear suficientes células para un uso clínico viable.
Ahora, Norihisa Mikami y sus colegas presentan una técnica innovadora que puede generar células T reguladoras terapéuticas específicas de antígeno en grandes cantidades, utilizando la reserva existente de células T convencionales del organismo. Los científicos indujeron primero las células T efectoras convencionales a un estado activado. A continuación, las trataron con inhibidores y citocinas que potenciaron simultáneamente la expresión de la proteína Foxp3 y empujaron a las células T efectoras a adoptar las firmas epigenéticas de las células T reguladoras. Los autores repitieron este proceso con varios tipos de células T efectoras y de memoria humanas y de ratón para demostrar la generalizabilidad de su enfoque. Las células T reguladoras resultantes fueron estables y calmaron las respuestas autoinmunes y la inflamación cuando se administraron a modelos de ratón de enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad de injerto contra huésped. En el segundo trabajo, Miho Mukai y sus colegas aplicaron el mismo enfoque a ratones con pénfigo vulgar, un trastorno autoinmune que provoca dolorosas ampollas y llagas en la piel. Los investigadores consiguieron convertir células T CD4 autorreactivas y causantes de enfermedades en células T reguladoras estables y funcionales que reconocen el mismo antígeno. Cuando se administraron a ratones, las células T reguladoras se dirigieron a los ganglios linfáticos de la piel y se expandieron en ellos. Una vez allí, las células T reguladoras inhibieron la formación de células T autorreactivas y suprimieron los anticuerpos autoinmunes, además de aliviar las ampollas cutáneas de los roedores.
Una nota para los periodistas: Shimon Sakaguchi, coautor de ambos trabajos, ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 2025 por su descubrimiento de las células T reguladoras y la tolerancia inmunológica: https://www.science.org/content/article/medicine-nobel-researchers-who-studied-how-body-polices-immune-system