Un nuevo sistema de clasificación de la viruela símica (o mpox) puede predecir los resultados clínicos en personas infectadas por una forma especialmente grave del virus, según un nuevo estudio clínico en el que participaron 244 pacientes con mpox en la República Democrática del Congo. Los experimentos cuantifican cómo la viruela símica puede variar en gravedad y evolución de la enfermedad entre diferentes pacientes y revelan potenciales marcadores pronósticos virales. En conjunto, estos hallazgos podrían facilitar la investigación de terapias y medidas de control más adaptadas a las epidemias de mpox actuales y futuras. La viruela símica comenzó a propagarse rápidamente por todo el mundo en 2022 y en 2024 la Organización Mundial de la Salud la declaró emergencia de salud pública. Preocupa especialmente el aumento de casos de viruela símica clado I, más mortal que el más común virus clado II. Sin embargo, los casos de mpox pueden variar mucho de un paciente a otro, tanto en términos de gravedad como de aparición y duración de las lesiones y otros síntomas. Aplicando modelos matemáticos, Takara Nishiyama y sus colaboradores analizaron datos hospitalarios de una amplia cohorte de 244 pacientes con mpox en la República Democrática del Congo entre 2007 y 2011. El equipo cuantificó cómo cambiaba la cantidad de lesiones a lo largo del tiempo en las infecciones del clado I y también examinó cada caso para identificar cualquier característica que pudiera predecir un recuento elevado de lesiones. En general, los pacientes con mpox del clado I pueden clasificarse en dos grupos: G1 (progresores leves con menos lesiones de corta duración) o G2 (progresores graves con más lesiones). Los científicos también descubrieron que las cargas virales más elevadas durante el inicio de la enfermedad podían predecir a qué grupo acababa perteneciendo un paciente, con una especificidad del 62% y una sensibilidad del 87%. "Creemos que nuestros hallazgos tienen una perspectiva inmediata para apoyar a los profesionales sanitarios que se preparan para tratar a pacientes con viruela símica infectados por el clado I", concluyen Nishiyama y su equipo.