Según datos del Instituto Nacional de Estadística, anualmente se realizan en España 24 millones de desplazamientos en transporte escolar. Un equipo de docentes de la Universitat Jaume I de Castelló ha realizado un estudio que indica que el tiempo que el alumnado dedica a los desplazamientos al centro educativo (especialmente cuando se trata de trayectos largos en autobús) puede afectar negativamente a su compromiso académico. Esta menor implicación puede repercutir además a nivel emocional y social.
Los datos han revelado que quienes tardan más perciben menos engagement que quienes llegan antes. El engagement se interpreta como la implicación o vinculación del estudiante para alcanzar los objetivos académicos y está compuesto por tres dimensiones diferentes pero interrelacionadas: afectivo-emocional, cognitiva y comportamental. En el caso del alumnado de educación secundaria obligatoria y bachillerato hay que tener en cuenta que deben hacer frente a una gran cantidad de desafíos, para lo cual es necesario el desarrollo de habilidades y competencias que mejoren su aprendizaje, aspecto que se relaciona en gran medida con el compromiso académico.
«Pensamos que experimentan una relación más negativa hacia su lugar de estudios y eso puede influir en sus relaciones interpersonales con sus iguales y profesorado (engagement afectivo-emocional), en su implicación psicológica hacia el proceso de enseñanza y aprendizaje, como la motivación por aprender, las expectativas o el esfuerzo por comprender ideas y habilidades complejas (engagement cognitivo) y en su implicación y esfuerzo (engagement comportamental)», explican los investigadores.