• Los científicos descubrieron que la minería de oro, a pequeña escala en la Amazonía peruana, elimina y modifica la capa superior del suelo de tal forma que se agota el agua, una razón clave por la cual los bosques no logran regenerarse.
• El proceso deja montículos de arena caliente y seca, junto con pequeños depósitos de agua estancada. Estas acumulaciones de arena pueden alcanzar los 60 °C (145 °F) y drenan el agua hasta 100 veces más rápido que el suelo del bosque, lo que vuelve el terreno inhóspito para el crecimiento de árboles.
• Las zonas cercanas a las charcas o en elevaciones más bajas retienen más humedad y muestran señales de regeneración natural, lo que sugiere que el acceso al agua —y no solo la calidad del suelo— desempeña un papel crucial en la recuperación del bosque.
• Para mejorar la reforestación, los investigadores recomiendan nivelar los montículos de arena y rellenar las charcas mineras, de modo que las raíces de las plantas puedan alcanzar con mayor facilidad el nivel freático.