Aprovechando la estimulación eléctrica de alta frecuencia, los científicos han desarrollado un protocolo para calmar los espasmos musculares y apoyar la rehabilitación para caminar en dos pacientes con lesiones en la médula espinal. Los primeros resultados destacan la utilidad clínica de enfoques de rehabilitación más personalizados y sugieren que este método podría incorporarse a los tratamientos actuales para las lesiones de la médula espinal. Estas lesiones son una de las principales causas de discapacidades motoras en personas menores de 50 años. La mayoría de los pacientes tienen dificultades para caminar con normalidad y presentan otros síntomas, como espasmos musculares anormales. Aunque la fisioterapia puede ayudar a recuperar parte de la función, no existen tratamientos capaces de restaurar completamente las funciones neurológicas esenciales que suelen perderse tras una lesión en la médula espinal. Sin embargo, en los últimos años la estimulación eléctrica epidural —una técnica en la que los médicos implantan electrodos en la columna vertebral para favorecer la recuperación— ha surgido como una herramienta prometedora. En este estudio piloto, Simone Romeni y sus colegas probaron la estimulación eléctrica epidural de alta frecuencia, capaz de reducir movimientos anormales y espasmos. Los investigadores implantaron electrodos disponibles comercialmente en dos pacientes con lesiones incompletas de la médula espinal y aplicaron la estimulación. Para personalizar su protocolo, el equipo primero utilizó estimulación estándar de baja frecuencia para mapear configuraciones de electrodos dirigidas a músculos específicos. A continuación, emplearon estos ajustes de electrodos con estimulación de alta frecuencia adaptada a cada paciente para mitigar los movimientos involuntarios, como el reflejo rotuliano y el clonus del tobillo. En un paso posterior, combinaron la estimulación de alta frecuencia con la de baja frecuencia, creando un protocolo que apoyó la rehabilitación al tiempo que prevenía espasmos y movimientos anormales. Este enfoque combinado mejoró los movimientos de las piernas y la fuerza muscular en los participantes, permitiéndoles recuperar sus habilidades para caminar de manera más completa durante el proceso de rehabilitación. «Al proporcionar un alivio temporal de la espasticidad, ofrece una herramienta valiosa para respaldar la función motora durante las actividades diarias y mejorar la neurorrehabilitación», concluyen Romeni y sus colaboradores.