Una vacuna de ARN replicante basada en antígenos de H5N1 más antiguos e históricos puede proteger a los macacos de infecciones letales con las últimas cepas del virus H5N1 de la gripe aviar, según los nuevos experimentos de David Hawman y sus colaboradores. Los hallazgos, que contrastan con resultados anteriores en ratones, insinúan que las vacunas contra el H5N1 más antiguas que forman el grueso de las reservas actuales pueden seguir ofreciendo cierta protección a medida que el virus muta con el tiempo, aunque se necesitan más pruebas. El virus H5N1 ha amenazado la salud mundial durante décadas. Las alarmas saltaron en EE.UU. cuando el virus comenzó a propagarse entre las vacas lecheras en 2024. Desde entonces, el H5N1 ha seguido circulando, ha infectado a varias docenas de personas y los investigadores temen que el virus pueda acabar adaptándose para propagarse fácilmente de persona a persona. Para prepararse ante una futura pandemia, el gobierno estadounidense ha almacenado millones de dosis de vacunas contra el H5N1. Sin embargo, la mayoría de estas vacunas se basan en antígenos de cepas más antiguas del virus, como la cepa de Vietnam de 2004. El H5N1 puede sufrir una deriva antigénica y evoluciona como cualquier otro virus de la gripe, lo que hace temer que estas vacunas más antiguas no protejan contra las cepas más nuevas que circulan en las vacas lecheras. En trabajos anteriores, algunos de los autores del estudio actual habían descubierto que las vacunas más antiguas no protegían a los ratones de dosis intranasales letales de H5N1. Sin embargo, en esta ocasión Hawman y sus colaboradores descubrieron el efecto contrario en macacos. Los científicos inmunizaron a los animales con una de las dos vacunas de ARN replicante, que expresan la proteína hemaglutinina del H5N1 contemporáneo o la hemaglutinina histórica de la cepa de Vietnam de 2004. Sorprendentemente, ambas vacunas protegieron sólidamente a los macacos de las dosis letales de H5N1, redujeron la carga viral y evitaron los síntomas respiratorios graves. "No obstante, es prudente mantener la vigilancia genética de las cepas circulantes de H5N1 en Estados Unidos y en otros lugares", advierten Hawman y su equipo.