Cuando una neurona envejece, pierde conexiones sinápticas con otras neuronas, tiene menos capacidad de transmitir el impulso nervioso, y su metabolismo también se altera. Este proceso de envejecimiento neuronal —inevitable con el paso del tiempo— se acelera especialmente y se convierte en un factor de riesgo en patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. Pero, ¿se pueden revertir los efectos del envejecimiento en células tan especializadas como las neuronas?