Un teléfono móvil, un ordenador conectado a internet y una plataforma para hacer videollamadas pueden tener muchos usos dentro de una cárcel. Por ejemplo, pueden servir para mantener contacto con actividades ilícitas en el exterior o pueden causar estrés y tensiones entre los reclusos. Pero también pueden reforzar el contacto de los presos con sus familias, mejorar su salud mental y equiparlos con las habilidades digitales necesarias para reintegrarse en la sociedad y en el mercado laboral una vez que salgan de prisión.
El uso de internet y las tecnologías digitales en las cárceles ha sido objeto de debate durante los últimos años. Sobre este uso, profundiza Pablo Romero, investigador del grupo Victimología empírica y aplicada (VICRIM), adscrito a la unidad de investigación de Management y Gobernanza de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en su último artículo, The use of online tools and Internet access in prisons: insights from Catalonia, que firma junto a los también investigadores de la UOC Alba Marsol Gutiérrez y el catedrático Josep Maria Tamarit Sumalla. Para su estudio, Romero ha analizado los datos estadísticos de más de 1.600 reclusos de las cárceles de Cataluña y la información cualitativa de las entrevistas con doce profesionales de prisiones.
El papel de las tecnologías digitales en las prisiones
El estudio desarrollado por los investigadores de la UOC pretendía, por un lado, conocer el alcance real del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los centros penitenciarios de Cataluña, así como los factores que facilitan o dificultan el acceso a estas tecnologías. Por otro lado, buscaba conocer la opinión de los profesionales que trabajan en las cárceles sobre el impacto de las TIC en el bienestar de los reclusos y en su reinserción social, así como en la seguridad en la prisión.
El principal hallazgo del estudio es que las herramientas digitales tienen un papel importante en los programas educativos que se llevan a cabo en las prisiones y en cómo viven los reclusos su internamiento. "Las personas que tienen un perfil más vulnerable o problemático, sobre todo porque viven lejos de su red de apoyo o de su familia, tienen más opciones para mantener el contacto, lo que influye en su bienestar emocional", explica Pablo Romero.
"La gran mayoría de los profesionales entrevistados nos explican que este contacto ayuda muchísimo a sobrellevar el encarcelamiento y que, además, las TIC desempeñan un papel importante como herramienta formativa", añade el investigador. "Solo hay que pensar en cómo ha cambiado el mundo en diez años e imaginarse lo que es pasarse todo ese tiempo sin tocar un móvil o sin entrar en internet. Además, al salir de la cárcel, el interno necesita controlar esas herramientas para hacer casi cualquier gestión".
Para mejorar las habilidades digitales de los reclusos, no solo es necesario que las herramientas tecnológicas estén disponibles, también lo es que haya profesionales que puedan enseñarles esas competencias digitales y guiarlos en el proceso de aprendizaje. "La percepción de los equipos de prisiones es que las personas que salen en libertad y disponen de habilidades y competencias para desenvolverse en el mundo digital tienen un proceso de reinserción social y laboral mucho más efectivo", subraya Romero.
Un acceso desigual y limitado en las prisiones
A pesar de los beneficios que puedan tener las tecnologías digitales en la vida de los reclusos, la investigación de la UOC reveló que, en las cárceles de Cataluña, el acceso a estas tecnologías es desigual y limitado. Además, es necesario ampliar y actualizar las herramientas disponibles, ya que la mayoría de las prisiones tienen equipos obsoletos e insuficientes, lo que dificulta poder trabajar con las TIC.
"Es importante que las personas que quieran hacer uso de las tecnologías digitales para cuestiones formativas o para mantener el contacto con su red de apoyo puedan hacerlo, siempre que lo tengan permitido. Ahora mismo, las plazas de acceso a dispositivos con internet son limitadas y muchos reclusos se ven excluidos. Es clave que los centros penitenciarios puedan contar con un equipo actualizado, como se está haciendo con los puntos Òmnia, y que estas tecnologías sean entendidas como una herramienta más en los programas de resocialización", explica Pablo Romero.
El estudio también subraya la importancia de que los profesionales que trabajan en los centros penitenciarios reciban formación especializada en el uso y las aplicaciones de las TIC. "Hay quien piensa que nos dirigimos hacia un sistema penitenciario en el que todos los internos van a poder acceder a un teléfono móvil. De hecho, es vox populi entre los profesionales del sector que el uso de dispositivos no autorizados es algo completamente habitual", añade el investigador. "Y también hay una postura más conservadora, que se centra en los riesgos que puede suponer el uso de las TIC".
El principal desafío de integrar el uso de las tecnologías digitales en las cárceles es lograr que no se utilicen con fines delictivos; por ejemplo, usar un móvil para contactar con una persona del exterior de la que se tiene una orden de alejamiento o para estar en contacto con redes de crimen organizado o tráfico de drogas. Además, si todos los reclusos tienen dispositivos digitales, es mucho más fácil que uno de ellos transmita información al resto con rapidez, lo que puede derivar en tensiones y problemas de seguridad en el centro penitenciario.
"Más allá de los riesgos, podemos concluir que la tecnología cumple una doble o incluso una triple función: es una vía de contacto entre la persona interna y su red social cuando se encuentra lejos; sirve como herramienta formativa, ya que permite el acceso a programas de educación superior en línea en centros como la UOC, y, por último, permite dotar a los reclusos de las habilidades y las competencias digitales indispensables para el día a día cuando salgan en libertad", concluye Romero.
Este proyecto se enmarca en las misiones de investigación de la UOC Cultura para una sociedad crítica y Tecnología ética y humana, y favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU 4, educación de calidad; 10, reducción de las desigualdades; y 16, paz, justicia e instituciones sólidas.
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Current Issues in Criminal Justice