image: Asociada principalmente a dificultades de lectura y escritura, la dislexia también puede implicar problemas motores como dificultades en el control postural, en la locomoción y en actividades que requieren coordinación mano-ojo, algo que estudios sugieren puede estar relacionado con una leve alteración en el cerebelo view more
Credit: Projeto Dislé
Tras dos meses siguiendo un protocolo de actividades sensoriomotoras con compromiso cognitivo, once niños de entre 10 y 12 años diagnosticados con dislexia presentaron una mejora en la velocidad de lectura. La iniciativa, que combinó prácticas recreativas compuestas por habilidades motoras con habilidades sociales, mostró ser prometedora para estimular el rendimiento lector de los niños. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Applied Neuropsychology: Child.
“Aunque se trata de un estudio con un número reducido de niños, los resultados indican que los desafíos motores y cognitivos pueden contribuir a un mejor desempeño lector asociado con cambios en los movimientos oculares”, afirma José Angelo Barela, profesor del Instituto de Biociencias de la Universidad Estatal Paulista (IB-Unesp), en Rio Claro, Brasil, y coordinador del proyecto en colaboración con el Centro Multidisciplinario para el Desarrollo de Tecnología Asistiva (CMDTA), uno de los Centros de Ciencia para el Desarrollo (CCDs) apoyados por la FAPESP.
“Además de la reducción en el tiempo de lectura, se observó una mejora en la autoestima, la atención y el bienestar de los niños”, comenta Barela. “Incluso los profesores preguntaron a los padres qué había cambiado en la rutina y tratamiento de los niños, ya que estaban más atentos, interesados en las clases y con mejor rendimiento. Los resultados fueron tan alentadores que, en asociación con la alcaldía de Rio Claro, desarrollaremos un programa más amplio para atender a más niños durante un periodo más prolongado. Esto también permitirá mejorar el protocolo de intervención”, celebra.
La dislexia es un trastorno del aprendizaje en personas sin déficit cognitivo, cuyas causas aún son desconocidas. Está asociada principalmente a dificultades de lectura y escritura, aunque individuos con dislexia también pueden manifestar problemas motores, como dificultades en el control postural, en la locomoción y en actividades que requieren coordinación mano-ojo.
“Un niño con dislexia necesita fijar la vista durante más tiempo en las palabras para poder comprender el texto, por eso su velocidad de lectura es menor”, explica Barela.
El investigador destaca que la lectura implica mecanismos de identificación de letras y palabras, además de movimientos oculares específicos y procesos cognitivos para obtener el significado del contenido.
“Estudios recientes sugieren que estas dificultades de las personas con dislexia podrían estar relacionadas con una leve alteración en el cerebelo [la región del cerebro responsable de la coordinación motora, el equilibrio y la postura] lo cual afectaría la integración sensorial y el rendimiento motor. Por eso, en nuestro trabajo propusimos intervenciones que tuvieran efecto en esa región cerebral y en los movimientos oculares”, comenta.
La colaboración con la alcaldía de Rio Claro permitirá a los investigadores probar intervenciones más precisas y profundizar en la comprensión de los mecanismos que llevaron a la mejora en el tiempo de lectura, la autoestima, la atención y el bienestar de los niños.
Curiosamente, la intervención realizada durante el proyecto piloto no tuvo un efecto significativo en la agilidad o coordinación manual. “Suponemos que este factor puede estar relacionado con la falta de especificidad en el entrenamiento de habilidades motoras”, indica Barela.
Por el momento, los investigadores creen que los resultados pueden indicar una mayor activación del córtex cerebral, responsable de funciones cognitivas superiores como el lenguaje, el pensamiento y la memoria. “Probablemente, esta mayor activación del córtex cerebral promovió una mejora en la atención y, como consecuencia, desencadenó los otros beneficios como el aumento de la velocidad de lectura, incluso con un protocolo de corta duración, de apenas dos meses y con prácticas de 60 minutos, dos veces por semana”, afirma el investigador. En cuanto a la autoestima y el bienestar, los investigadores suponen que son consecuencia de los beneficios obtenidos con el tiempo de lectura. “Parece que ellos mismos percibieron su mejora.”
Barela destaca que el diagnóstico de dislexia suele ser tardío, generalmente después de los diez años, una etapa en la que el niño ya ha superado la fase esencial para desarrollar fluidez lectora y perfeccionar habilidades motoras. Con el paso del tiempo, las dificultades acumuladas hacen que el proceso de aprendizaje sea aún más desafiante.
El artículo The impact of sensorimotor with cognitive engagement training on reading and eye movement in developmental dyslexia puede ser leído en: www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/21622965.2025.2484765.
Journal
Applied Neuropsychology Child
Article Title
The impact of sensorimotor with cognitive engagement training on reading and eye movement in developmental dyslexia
Article Publication Date
3-Apr-2025